2º Domingo de Cuaresma homilía
Una
de las lecturas asociadas tradicionalmente con este segundo domingo
de cuaresma es 1 Tesalonicenses 4, 1-17. En este pasaje San Pablo
exhorta a la Iglesia de Tesalónica a portarse según los preceptos
enseñados previamente. Los mandamientos clarifican la voluntad
salvadora de Dios que quiere la transformación de los cristianos.
Quiere que van adelantando hacia la santificación. Pablo menciona
dos preceptos fundamentales para la vida santa: la pureza y la
justicia. Específicamente el Apóstol pide a los Tesalonicenses a
abstener de la fornicación (que incluye la sodomía y otros actos
impuros). La razón es que “el cuerpo es para la santificación y
honor”. Es decir que la santidad no es un mero sentimiento. La
santidad es el ordenamiento espiritual interior que ordena lo
exterior. Pablo pide que no nos entregamos “a las pasiones como los
paganos que no conocen a Dios”. En otras palabras nos pide a vivir
espiritualmente y no carnalmente.
No
es una sorpresa que Cristo, sus apóstoles y sus santos hablan de la
pureza sexual. La doctrina de Cristo es esencialmente una enseñanza
sobre el amor. El cristianismo es una religión revelada de amor.
El deber de amar es al centro de la ética cristiana. El amor sexual
es una de las formas básicas de amor en la vida humana.
Otra
cosa concreta que pide el Santo es “que nadie oprima ni engañe en
nada a su hermano”. Así exhorta a los cristianos de Tesalónica y
de todos partes a ser justos y honestos. Es otra parte de la santidad
dar a cada uno su merecido y decir la verdad. De nuevo vemos que el
ordenamiento interior de la santidad tiene repercusiones en las
relaciones con los demás. En fin, Dios llama a los Cristianos a
separarse de la conducta del mundo “la inmundicia porque nos llama
a la santidad.
También
es la tradición milenaria leer el relato de la “Transfiguración”
todos los años el segundo domingo de cuaresma. Jesús aparece con
figura humana. Es un hombre caminante por los caminos ruta a
Jerusalén lleno de polvo. Pero, cuando sube el monte Tabor se
transforma. No se convierta en algo distinto más bien se muestra
quien es de verdad, se muestra su divinidad.
El
relato de la Transfiguración no es simplemente un cuentito de algo
que pasó a Jesús. Más bien es el prototipo de toda vida
cristiana. Toda vida cristiana debe ser una transfiguración. El
objetivo de la transformación es llegar a ser lo que somos…
imágenes de Dios.
La
gran tentación de nuestro tiempo es presumir que nosotros podemos
transformar la naturaleza humana por nuestra cuenta. Pues, después
de la tragedia de la masacre de escuela en el condado de Broward todo
el mundo quiere que hacemos algo. Unos quieren quitar las armas de
todos, otros piensan que los profes deben portar armas en el cole.
Mientras que en Londres donde el gobierno ha complemente quitado las
armas de fuego han encontrado armas más primitivos. En el año 2017
había 12.000 ataques con cuchillos en Londres. Hasta que el hombre
esté transformado por Cristo no va a cambiarse.
Tradicionalmente
hoy pedimos a Dios que viendo que nos falta fuerza – virtud que nos
guarde interior y exteriormente para que seamos fortalecidos contra
toda adversidad en el cuerpo y limpios de malos pensamientos en
nuestra alma.
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